jueves, 31 de enero de 2013

En 140 Caracteres: El Otro

Un día, te encontrarás con un auténtico desconocido en el espejo, si sigues viviendo la vida de ese otro.

miércoles, 30 de enero de 2013

En 140 caracteres: Crisis

El dinero llamó al dinero, a
la especulación, el crédito, la mentira, los desahucios, los recortes y los invitó a la fiesta del fin del mundo.

martes, 29 de enero de 2013

En 140 caracteres: Ecuación

Si X le hubiera dicho a Y te quiero o viceversa, habrían encontrado su mínimo común múltiplo, elevándose al cuadrado en lugar de dividirse.

lunes, 28 de enero de 2013

En 140 caracteres: Fatal


Cada vez que respondía "fatal" a la pregunta qué tal, encogía dos centímetros. Al final, de tan diminuto un día dejaron de preguntarle.




domingo, 27 de enero de 2013

The silver lining of Life

La vida nos pone a todos en algún momento entre las cuerdas. Nos pega una patada en las entrañas, un derechazo en la boca y ¡zas!.  Nos tira al suelo y nos deja sin aire. Y justo cuando menos lo esperamos hace trampas y saca una navaja en medio del combate y nos abre en canal. Y llegamos a creer que quizá no podamos volver a levantarnos...

Alguien que amas se muere, te engaña o te detectan una enfermedad mental que no puedes controlar. Todos estamos en el ring. A todos nos ha pasado o nos pasará. Y todos nos volvemos locos. Todos caemos al vacío y creemos que nunca volveremos a reír, a amar, a disfrutar de la vida. Y tenemos que luchar, luchar más que nunca por levantarnos por la mañana, por seguir girando en ese mundo que ya nunca será igual para nosotros. Nadie puede ayudarte, por mucho que lo intenten, porque sólo depende de ti. Sólo tu mismo puedes tocar fondo y tratar de coger impulso.

En ese momento debes forzarte  a ti mismo para  volver a la vida, para ser capaz de ver el lado bueno de las cosas. Para volver a ser positivo. Debes ser capaz de diseñar tu propia estrategia. Esa es la que  propone "El lado bueno de las cosas" de David O. Russel.  Hace tiempo le dije a un amigo: "si fuerzas la risa, acabarás riendo a carcagadas". De esto justo habla esta película.

Quizá despues de todo "los locos" podamos ver y sentir algo en la realidad que otros no pueden. Quizá después de esa batalla en la que casi nos derriban hemos salido aún más preparados para ser capaces de disfrutar al máximo del lado bueno. Quizá seamos capaces de amar más genuinamente, de entregarnos a la amistad por completo, de reírnos con más fuerza que nunca...

Sabemos que en cualquier momento la vida puede volver a acorralarnos en una esquina del ring y también que depende de nosotros ser capaces de ver siempre the silver lining of the life....

En 140 caracteres: Mañana

Iris se decía cada día: "lo haré mañana". Pero el hoy siempre la atrapaba y al final los mañanas se convirtieron en ayeres.

sábado, 26 de enero de 2013

En 140 caracteres: En busca del color

Se levantó de la cama gris, se puso el traje gris y salió a la calle gris. De pronto lo deslumbró un sol y le siguió en busca del arcoiris.

viernes, 25 de enero de 2013

Voy a seguir mirando el mundo y contándotelo en este blog



¿Por qué escribimos? . ¿Cuántas veces nos formularemos esa pregunta los escritores? . ¿Acaso se pregunta un  cirujano por qué opera? , ¿el bombero por qué apaga fuegos? o ¿el empresario por qué montó su compañía? . ¿Por qué el escritor cuestiona constantemente su trabajo?
Ayer me contaron que una mujer de un pueblo aficionada a la escritura  defendía que: “para escribir uno tiene que ser feliz y estar en paz” . Gómez de la Serna sin embargo creía que: “Para escribir tienes que estar un poco moribundo”. Yo soy a veces moribunda y a veces feliz, pero sólo escribo porque lo necesito.
Escribo porque si no lo hago me siento culpable. Necesito mirar el mundo y contarlo, como necesito alimento o aire.
Aprendí a andar, aprendí a hablar y aprendí  a escribir y llevo más de 31 años haciendo las tres cosas. Sin embargo no ha sido hasta hace poco cuando me he comprometido.  Nada me va a desviar de ese camino. Por primera vez me doy cuenta de que esto no es un afición, sino mi esencia. Lo que tengo que hacer en la vida.
Quiero seguir mirando el mundo y contarlo. Descuartizarlo y examinar cada pieza por separado. Ponerlas del revés. Extrañarme. Compararlas. Volverlas a juntar. Acercármelas a la nariz. Explorar aspectos en la realidad completamente vírgenes y conquistarlos con una nueva palabra.
Quiero seguir mirando el mundo y contándolo. Compartir mi mirada, esa que sólo es mía y por tanto única y diferente del resto. Escribir lo que yo tengo que escribir. Eso que está dentro de mi empujando por salir.
Quiero seguir mirando el mundo y contándotelo en este blog. Comunicápolis recoge mis miradas en bruto. Las sensaciones y reflexiones que me provoca la vida. La materia prima con la que luego escribo historias.
Voy a seguir mirando el mundo y contándotelo.
*** Quiero dedicar esta entrada a Simon Hunter por no dejarme desviarme otra vez de mi camino...

sábado, 19 de enero de 2013

Historia de la mujer que se derrite en Sol

 
He visto tu horror, solamente de soslayo, no pude parar. Ni si quiera te dí una moneda, lo siento. Sólo traté de seguir caminando lo más rápido que podía para huir de ti, con los latidos congelados y el aire atascado en el pecho. Me recreé minuciosamente en la suciedad del andén, en cada papel en el suelo, cada chicle incrustado y pisoteado más de un millón de veces. Vi la línea amarilla tras la que se encuentra el peligro, el amenazante vacío de la vía y la irremediable oscuridad del final del túnel. Habría preferido mirar cualquier otra cosa con tal de no verte de nuevo. Incluso una rata o una cucaracha. Todo por no volver a verte, nunca más, fantasma, sin máscara y sin ópera. Ánima que vaga en el metro con un vaso de plástico en la mano, mendigando ayuda a unos vivos, que hacen todo lo posible por esquivarte. Anhelé el metro más que nunca. Miré el reloj, tres minutos. Treinta o cuarenta cómplices a mi alrededor intentando al unísono deshacer tu rostro de cera derretida de sus mentes, también la culpa. Todos allí, en el kilómetro cero, a 200 metros bajo tierra. Cada uno con su propio grillete, grillete que pesaba más antes de verte. Y tú ahí, detrás, esperándonos al final de las escaleras que desembocan en la línea uno. Te hemos visto, no hay vuelta atrás, pero intentamos enterrarte tras nuestros pensamientos con la arena de nuestros trabajos de mierda, nuestros cuernos, los amantes, los exámenes no estudiados, los tíos que no llaman, los tesoreros que roban, la subida de la luz, las estrellas del ciclismo que se apagan, nuestros muertos, el paro, la puta huelga de metro, el dinero que te han dado tus tíos y que no quieres ahorrar, el michelín que te sobra... Cualquier cosa menos tú. Pero en todos has dejado una marca. Un tatuaje de ácido, como el que debieron derramar en tu cara. Una huella que nos va erosionando lentamente y nos deja un hueco, como el de la cuenca que un día habitó tu ojo y que hoy es sólo cicatriz rosa. No somos capaces de mirarte al ojo que aún ve, el que aún siente. Ese ojo que debe dolerte aún más que el otro. El tren llegó y todos huimos. Las puertas se cerraron y dejamos atrás Sol, tu estación. Al llegar a la siguiente me di cuenta de que tu historia me perseguía.

sábado, 12 de enero de 2013

Grandes revelaciones de la humanidad o cómo los propósitos no sirven de nada si los dejas en el papel


No se alcanzan los sueños tumbado en la cama.
Ni se puede alterar la rotación de la tierra, pero si la tuya.
A veces los trenes no paran, tienes que subirte en marcha.
Otras no pasan y hay que salir en su busca.
Y si se pierden, aprender a volar.
No conocerás a nadie nuevo sin salir a la calle.
Si sigues siempre el mismo camino, llegarás al mismo sitio.
Y si no miras, nunca verás.
Nunca serás escritor, pintor o músico, si no escribes, pintas o compones.
A todos nos gustaría que las cosas fueran de otra manera. Pero son así.
Si no corres, no esperes llegar a la meta.  No lo hagas si no quieres tropezar.
Todo fluye, si te empeñas en permanecer, te quedarás atrás.
El hombre aún no puede leer mentes, ergo el mundo nunca adivinará lo que piensas.
Si quieres dejar una huella, tendrás que pisar más fuerte.
Te convertirás en esclavo de tus fantasmas si no puedes liberarlos.
Si no gritas socorro, nadie te rescatará. Y a veces, aunque grites, tampoco.

sábado, 5 de enero de 2013

Esperando a los Reyes


Quítate el traje de adulto, saca los zapatos al balcón,
pon tres copas de coñac y no olvides dejar agua para los camellos.
Acuéstate pronto, sin rechistar, y saborea la incertidumbre.
¿Recuerdas la magia?
Una estrella guía a Melchor, Gaspar y Baltasar hacía tu casa
y tú los esperas, con el corazón a 200 pulsaciones por minuto.
¿Has sido bueno o te traerán carbón?
Das vueltas en la cama como todos los niños del mundo.
Luego jurarás y perjurarás que los vistes en el patio del colegio.
¿Por qué te importan los regalos de mañana?
 Esta noche tienes mucho más:
El no poder dormir con ese cosquilleo.
Creer en finales donde se comen perdices,
en un mundo sin mendigos en cada esquina, sin niños con hambre,
sin hombres que maltraten a sus mujeres,
ni mujeres que hacen chantaje a través de sus hijos.
Sin novios que engañan, sin amantes,
Sin nadie que salte por la ventana o se queme a lo bonzo,
sin políticos Pinochos y un pueblos que no se indigna.
Un mundo en el que aún no has tirado la toalla.
Esta noche todo es posible.
Disfruta de la espera.
Pero tú sólo quieres que amanezca
y un día desearás que se hubieran parado las agujas del reloj.