A partir de ahora te amaré
Como si fuera zurda.
Twitteratura: literatura en 140 caracteres.
Firma y sube al escenario laboral para comenzar la función acordada. El público le aclama. Primer mordisco. Más aplausos. Segundo mordisco. Éxito de taquilla. Tercero. En el camerino, pilla a su personaje con una pierna en la boca. Otra máscara ha caído.
Dudar, sin máscara, es comenzar a caminar entre la certeza y la incertidumbre. Latir, expandirse.
Dudar es decir sí a la vida y no al personaje encadenado a la ficción.
(dos puntos)
Escribe
(Abre comillas)
“Eres éxtasis puro”
(cierra comillas)
(guión)
— No puedo dejar de pensarte.
(Punto y Final)
¿Qué te llevará a la extinción?
Creerte la ficción
Hacer de tu piel el atrezo
del personaje que te controla
Y tras el que, si no te das cuenta, irremediablemente desaparecerás.
Ahora que por fin sé que hay que honrar la mirada que precede al primer beso,
Me quedo aquí, con mi pupila expandiendo ese instante cuánticamente
¿Sabes lo mejor que podría pasarnos a ti y a mi?
Quedarnos aquí atrapados para siempre, deseándonos de forma infinita.
La Zorra cambia de pelo, no de costumbres. Sigamos en la nebulosa, enfrentándonos por una canción, el patriarcado o las “feminazis”. Lo que sea. Haz de tu causa la máscara en que esconderte y deja que te muevan los hilos. El show debe continuar.
—¿Cuál es tu mayor miedo?
— El miedo.
— Pero ¿a qué, a morir?
— Al miedo. A morir, en vida, por miedo.
Te pusiste la máscara para no ver el rastro del dolor en tu rostro, para que nadie lo vea. Sonríes, y te repites el mantra, no pasa nada. No sabías que dejarías de vibrar con la ópera o el amor hasta convertirte en un fantasma.
Quizá notes que tu mirada ha perdido brillo, intensidad, da igual el color de tus iris, el conjunto es gris, sin color.
Mírame y responde:
¿cuántas cosas no te has atrevido a decir?
Por fin ingrávida ante la perspectiva de cuán infinitesimales somos tú y yo y nuestros problemas.
Apenas células, átomos, partículas de algo universal.
De pronto el choque con la tierra. La fricción de las ruedas. La velocidad.
Busco las salidas de emergencia.
Dije, Ser o tener, esa es la cuestión. Ella me puso los dedos en las sienes, girando en círculos. Luego me acarició la frente y me deshizo la arruga del entrecejo. Shhh. Calla, susurró. Mi máscara cayó al suelo. Y la besé como nunca.
Mírame a los ojos, despacio, más allá del iris, no parpadees, más allá de las pupilas, mírame más allá y me verás.